El duelo anticipado y el síndrome de burnout en “100 días con la Tata”
Miguel Ángel Muñoz dirige y protagoniza esta película documental en la que nos cuenta la relación que tiene con Luisa Cantero (la Tata), una encantadora nonagenaria que ha sido su cuidadora desde que era pequeño y con la que comparte una entrañable conexión.
En la narración nos cuenta que estando en el extranjero recibe una llamada de madrugada informándole de que la Tata ha tenido un problema de salud. Desde ese momento se da cuenta de que Luisa es una persona muy mayor que requiere de cuidados propios de su edad. Es a partir de ahí cuando comienza su miedo a perder a la Tata. Decide entonces hacer que su Tata disfrute de todas las cosas que no ha podido hacer en su vida, poniéndose manos a la obra, sin embargo la situación se interrumpió de forma brusca durante la pandemia, lo cual no impidió que Miguel Ángel intentase por todos los medios que su Tata disfrutase.
Miguel Ángel está envuelto en un duelo anticipado. El duelo anticipado es un proceso previo al fallecimiento de un ser querido en el que anticipas su pérdida, al ser ésta previsible por una grave enfermedad o, como es en este caso, por una edad muy avanzada. El duelo anticipado puede presentar las mismas fases que el duelo común, en este caso en particular se ve la fase de negación, en la que Miguel Ángel parece no querer ver el deterioro de la mujer, incluso ella le insiste en que ya no es la misma que antes, que se encuentra mal, pero él no quiere hacer caso y le resta importancia. Vemos también la fase de negociación varias veces, cuando hace todo lo posible para que ella esté bien, y no quiere parar porque ve que ha mejorado y hasta se hace responsable de que si deja de estar con ella las 24 horas su estado empeore. Es como que si él no para, ella no dejará de ir a mejor. A esto hay que añadir que en el duelo anticipado, existe una fase que no existe en el duelo común (por razones obvias), y que es la fase de esperanza, en la que nos agarramos a la ilusión de que todo va a mejorar. Hablo de ilusión porque no es que la Tata vaya a mejorar de una enfermedad, aquí hablamos de que no va a hacerse más joven por mucho que se esfuerce Miguel Ángel en ello.
El problema de entregarse de esta manera, dando todo lo que tienes, vaciándote, a expensas de ti mismo, es que tiene un precio. Cuando hablamos de cuidadores suele ocurrir que se centran tanto en el cuidado de la persona de la que son responsables que se olvidan de ellos mismos y de su bienestar. Miguel Ángel experimentó lo que se conoce como el síndrome de burnout o del quemado, en el que llegas a un nivel de desgaste brutal, que te afecta tanto física como mentalmente. Puedes consultar más sobre como evitar este desgaste del cuidador en nuestro anterior artículo “Cuidadores” que puedes ver en el siguiente enlace: https://psicoroma.es/2021/11/04/cuidadores/
Como todo proceso de duelo culminó en la fase de aceptación. Miguel Ángel aceptó la realidad, aceptó la edad de la Tata y el no tener el control sobre todo lo que le puede suceder. Se centró en lo que si que podía hacer por ella, en seguir haciéndola feliz y en cuidarla sin renunciar a su propio ser. No olvidemos que para la persona cuidada el hecho de ver los sacrificios que realiza su cuidador puede ser una fuente terrible de sufrimiento, porque se puede sentir como una carga.
Ojala más amor en el mundo como el que se tienen la Tata y Miguel Ángel mutuamente.
Jesús Rodríguez Martínez
Tu psicólogo en Ponferrada
www.psicoroma.es
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