Ciberbullying, el acoso escolar en la era digital
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Ciberbullying, el acoso escolar en la era digital

Las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día, y eso se traduce en que están presentes en cada vez más esferas de nuestro ámbito. El bullying no se ha quedado atrás y los datos nos indican que el ciberbullying es un problema que va en aumento en nuestra sociedad.

Las conductas más destacadas de este tipo de acoso entre menores son los insultos, denigrar con información falsa y/o despectiva, suplantar la personalidad (creando un perfil falso por ejemplo), excluir a la persona de alguna red social, o el happy slapping, es decir, la grabación de una persona siendo agredida para posteriormente subirlo a la red y que se haga viral.

Existen una serie de características que diferencian a este tipo de acoso del tradicional. Además de la obvia, que es el empleo de las nuevas tecnologías para realizar el acoso, el acoso tradicional se limitaba al entorno y horario escolar, sin embargo, con el empleo de Internet este nuevo acoso puede realizarse a cualquier hora y en cualquier lugar, no dejando a la víctima ni un solo momento de sensación de seguridad. A su vez el número de espectadores potenciales es ilimitado, hasta donde se viralice la publicación en cuestión, siendo su efecto más prolongado al estar la publicación presente las 24 horas en la red. Otra peculiaridad es que la posible sensación de anonimato del acosador le puede dar alas para una especial crueldad sin temor a las consecuencias de su comportamiento. El hecho de no ver el daño que se está causando a la víctima también puede producir que no se desarrolle empatía hacia ella por parte de la persona agresora y no tenga piedad.

Las víctimas suelen tener una baja autoestima, dificultades para relacionarse y ser inseguros. Algunos factores que hacen más vulnerables a unos jóvenes que a otros son presentar algún rasgo distinto a la mayoría, tener una escasa red de apoyo social, estar mucho tiempo conectado a Internet, tener escasa supervisión en su uso, o compartir demasiada información privada, como fotos o datos personales. Señales como que el menor evita situaciones sociales que antes disfrutaba, pierde el interés por personas y actividades, tiene un animo decaído, cambia el tiempo que dedicaba anteriormente a Internet o tiene respuestas emocionales cuando se conecta, nos pueden alertar de un posible problema de ciberbullying.

Para prevenir este tipo de acoso y actuar en su contra es recomendable seguir una serie de pautas:

-Establecer unas normas adecuadas y claras de uso de la tecnología en el hogar.

-Ofrecer al menor alternativas de ocio que no dependen del uso de nuevas tecnologías.

-Dar ejemplo en el uso de Internet y de la tecnología.

-Dar importancia a la privacidad y confidencialidad en la red.

-Educar al menor en las emociones. En la vida no solo es importante la educación curricular. Es fundamental que el menor sepa gestionar sus emociones, es decir, identificar, entender, controlar y en su caso modificar estados de ánimo.

-Fomentar las habilidades sociales e interpersonales, trabajar la comunicación, el saber decir que no, la empatía, etc.

-Trabajar las habilidades cognitivas, para mejorar la solución de problemas, la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva, etc.

El acoso no es un juego de niños, es un problema muy serio que conlleva consecuencias muy dañinas para la persona que lo sufre. Nunca está de más pedir ayuda, ya sea al centro escolar, a un profesional,  como puede ser un psicólogo o al teléfono contra el acoso escolar (900 018 018).

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